Una semana en Suiza da para mucho

Hola amapolas,

esta vez toca contaros el viaje de Suiza en navidades. Creo que es la mejor época del año para visitar las principales ciudades de Suiza o al menos las que he visitado yo.

Eso sí, hay que ir abrigadito. Comenzaremos por Ginebra, una ciudad con un lago enorme (Río Ródano) y un chorro de agua (Jet d'eau) que sale a 200km/h y tiene una altura de 140 metros, la verdad es que impresiona.

El origen de este chorrazo fue para controlar el exceso de presión de una red de energía hidráulica. El casco antiguo es pequeño, pero tiene calles curiosas.

Lo que más nos gustó de Ginebra fue el mercadillo de Navidad.

En Berna estábamos como en un cuento de hadas, las calles principales del casco antiguo tienen todo tipo de detalles. Las torres principales siempre tienen un reloj gigante.

Cruzamos todos los puentes para ver la perspectiva de la ciudad desde cada uno de ellos.

Y vimos un atardecer que nunca olvidaremos desde el jardín de rosas.

Allí también podemos encontrar el banco donde está sentado Einstein.

Lo bueno de estas ciudades es que el transporte público funciona genial y hay muchísimos tranvías, autobuses y trenes que facilitan la visita al turista.

El mercadillo navideño también nos encantó tenía todo tipo de artesanía y dulces típicos navideños y como no, vino caliente: Gluhwein!

En Zúrich recorrimos las calles de esta gran ciudad más industrial y con menos encanto que las anteriores, pero también interesante.

Visitamos un curioso jardín zen que fue regalado a la ciudad.

Y en la gran plaza de la ópera donde había un bonito mercadillo navideño al que fuimos varios días, estaba muy animado.

También nos dio tiempo a visitar un día Lucerna. Una ciudad preciosa con unas fachadas históricas adornadas con frescos y plazas muy pintorescas.

Además, paseamos a lo largo del puente medieval de madera: Kapellbrucke.

También había una escultura de roca muy curiosa que se hizo en conmemoración a los suizos que murieron como héroes en la Revolución Francesa: el León Moribundo.

A lo largo de nuestro viaje pudimos degustar comida francesa, alemana, italiana e incluso tailandesa porque era más barata jeje:

Salchicha y röstis (patatas fritas desmigadas):

Fondue de queso suizo:

Guiso de ciervo con castañas y frisettes:

Raclette Heidi - con patatas asadas

Tarte flambée - con cebolla y bacon

Este escaparate de esta pastelería era una pasada, tenía un montón de bollos típicos, brioches y el típico "pan de San Nicolás". Que estaba por todas partes porque se celebra el 6 de diciembre. Son los muñecos que están en la cesta:

Os dejo mi recomendación de restaurantes de todo el viaje, aunque solo os digo que cada plato cuesta entre 20Fr - 26Fr (+5Fr mínimo por cada bebida). Y eso que hemos ido a los más baratitos...

En Ginebra:
- Buvette des Bains, un restaurante original ya que eran unas antiguas termas y lo han habilitado para comer deliciosas fondues en bancos y mesas compartidas.

En Berna:
- Brasserie Bärengraben, un restaurante francés encantador con menú del día por 21,5 Fr y delicioso!
- Thai Som Tam, este restaurante tailandés te puede salvar de quedarte sin cenar porque tiene un amplio horario y cocina una señora encantadora a la que no se le entiende ni papa, pero ella te pone lo que quiere/tiene y siempre estará delicioso.

En Lucerna:
- Thai Frosch, un restaurante tailandés súper raro porque tenía dos puertas y dos ambientes completamente diferentes, pero la atención y la comida estaban genial!

En Zurich:
- Vapiano, una cadena alemana de cocina italiana que está todo buenísimo y te cocinan en el momento mientras miras.
- Raclette factory, dejo unas fotillos de la comida típica que se come.

Besitos y feliz Navidad!!!

Crucero por los Fiordos noruegos

Hola amapolis,

en Noruega había amapolas naranjas y amarillas, ¡eran muy curiosas! 

Pero la historia comienza en Copenhague. A esta ciudad llegamos mis amigas y yo un día antes del crucero para poder visitar un poco esta maravillosa ciudad con más tiempo. Pudimos dar un pequeño paseo en barca mientras la guía, muy simpática, nos daba explicaciones de muchos puntos de interés por los que pasabamos. 

El estilo rococó de los edificios se puede ver en sus calles y al borde de los canales. También, vimos la famosa sirenita en una roca en el mar, pero yo le saqué foto a esta de una tienda monísima que había en la ciudad.

El Palacio de Amalienborg también es de estilo rococó y es la residencia de la nobleza danesa.

Los daneses les tienen mucho cariño y respeto a los reyes, lo cual, me parece genial. Cada vez que la guardia real pasea por la ciudad, les aplauden. Los turistas como yo, nos quedamos helados porque van por en medio de la calle como si fueran coches. ¡Hasta se paran en los semáforos!

Salimos vivas de la "Ciudad libre de Christiania", que es un barrio autogobernado de unos 1000 residentes y no está permitido sacar fotos ni videos, con lo cual yo tengo un problema... (Me preguntáis en persona lo que nos pasó). Se permite el consumo y la venta de drogas blandas y la comida y la bebida está mucho más barata que en el resto de ciudad. Todo está decorado muy colorido, con dibujos y esculturas de madera. ¡Muy hippie!

Y... ¡¡¡llegó el día y nos subimos al super barco de 14 plantas o más!!!

Al principio me parecía todo muy escandaloso, con demasiadas luces, colores, adornos recargados y en definitiva, una horterada, pero me fuí acostumbrando jajaja.

     

Había por lo menos 8 restaurantes, algunos de pago porque no nos entraban en el paquete que habíamos contratado, pero lo mejor era la cena sin duda, porque pedíamos a la carta y nuestros camareros Wayan y Kevin nos lo servía todo con mucho cariño y simpatía.

       

Los que nos hacían los camarotes también eran unos graciosos... 😊

    

El barco tenía de todo, piscinas, jacuzzis, gimnasio, heladería, casino, biblioteca, cancha de baloncesto, teatro... Un sinfín de posibilidades para que no salgas del barco, pero yo lo que quería era ver Noruega, asique os contaré lo que vimos en 3 días.

Llegamos a Hellisylt y allí nos esperaba un autocar que nos llevaría por todo el paisaje verde de paseo. En las montañas siempre había una o dos cascadas preciosas y algo de nieve en algunos picos altos. Después de pasar lagos, ríos y más agua, llegamos al glaciar Briksdal. En un breve paseo cuesta arriba llegamos al pie de lo que queda de glaciar. Espero que en invierno esté más frondoso....

El paisaje allí era una pasada... 

Comimos allí cerca en un restaurante típico donde nos pusieron un salmón riquísimo y una sopa de tomate que nos supo a gloria. Luego otra vez en el bus hasta un lago helado precioso aunque no se aprecie en la foto.

Paramos en un mirador donde se veía Geiranger y nuestro barco esperándonos.

Otro día visitamos Bergen que es una ciudad rodeada de montañas y agua. El barrio histórico de Bryggen en el casco viejo con sus famosas casas coloridas es una maravilla. 

Nos llevaron en autobús por los pueblos de alrededor y a una cascada que podíamos pasar por debajo. ¡Espectacular!

En Stravanger, visitamos la famosa calle Ovre Holmegate. Super colorida y llena de bares y buen ambiente.

Y el Barrio Viejo o Gamle Stavanger. Es muy recomendable darse un paseo por sus calles adoquinadas y de casas bajas de madera de fachada blanca, todo lleno de flores.

También vimos el Preikestolen (grandes fotos aquí) y el fiordo de Lysefjorden a vista de pájaro desde un helicóptero precioso de Airbus!!

El resto del crucero nos lo pasamos muy bien, conocimos a unos chicos alemanes muy majos y pudimos practicar el inglés (la mayoría de la gente eran jubilados 🙊).

El último día visitamos Kiel, en Alemania, que justo se estaba celebrando un festival de la cerveza y estaban todas las calles llenas de puestos, bares y atracciones.

Y os dejo con una foto de revista...

Gracias chicas por estos días inolvidables... 💗 

Besitos!!!