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lunes, 12 de diciembre de 2011

La quinta semana en Delhi


Hola a todos desde el aire!


No he podido aguantarme a llegar a Madrid porque os tenía que contar las aventuras de los últimos días, jeje. En este país nos ocurren historietas hasta el último minuto. Añadiré que en estos momentos me estaré cruzando con mi amigo Mego que va por el aire también rumbo a Malasia… INDRA está por todas partes!!! Besitos Megui :)


Empezaré por el viernes, que fue el último día de trabajo. Teníamos que hacerles fotos a nuestros amigos los seguratas de la entrada, que todos los días amablemente nos paraban el coche y nos pedían que firmáramos un cuaderno roñoso y siempre nos inventábamos los datos.



Íbamos contentas con nuestro chofer Risillas, con diferencia ha sido el mejor chofer que hemos tenido. Él también se quiso hacer foto con nosotras, era un tanto simpático. Aunque, al final de mi relato contaré que nos llevamos un pequeño chasco con él...




A mediodía, nos acercó a la oficina de INDRA de Delhi.



En la ofi conocimos a más españoles que trabajaban en otros proyectos y a más compañeros nuestros, como Vishal, que es un marchoso increíble. Nos llevó a tomar algo por la noche y aprovechó para contarnos toda su vida y cotilleos varios del trabajo.



La verdad es que estábamos Carmen y yo que nos moríamos de sueño, y solo eran las 10 de la noche y Vishal nos tumbaba a cervezas…¡¡que tío!!  Al día siguiente nos esperaba otro sábado de compritas estupendo.




Quedamos con nuestros compis Sachin y Bhavna, que nos dio una pena increíble despedirnos de ellos. Han sido super hospitalarios y unas buenísimas personas. 


 







Otro día más vimos sitios curiosos como peluquerías en el lugar menos insospechado…




Y como siempre arriesgándonos la vida al cruzar la maraña de coches, motos, tuc-tucs y todo los que se mueve por las calles… pero ya estamos mucho más acostumbradas y hasta posamos en las fotos!

 












Después de comer una comida india deliciosa, aunque como siempre algo picante, nos tomamos un cafelito para ahogar las penas pues Sachin ya se había despedido de nosotras...
Para Bhavna era un momento estelar, pues era la tercera vez en su vida que iba a una cafetería! Estaba muy contenta con nosotras.



El domingo nos manejamos Carmen y yo solas por la ciudad como unas auténticas autóctonas. Nos quedaba por visitar la casa-tumba de Ghandi, así que gracias a las indicaciones de nuestros amigos de la recepción del hotel llegamos allí después de coger el metro durante casi una hora y luego un tuc-tuc que nos tuvieron que proporcionar unos policías muy simpáticos.


Cuando terminamos la visita de la vida y obra de este buen hombre nos aventuramos de nuevo a coger otro tuc-tuc hacia Connaught Place. Menos mal que estaba cerca porque el conductor apestaba a alcohol que echaba para atrás. Íbamos pensando que nos chocaríamos en cualquier momento, pero llegamos sanas y salvas una vez más.


Para volver a nuestro hotel, pues ya era tarde y no habíamos hecho la maleta, nos dirigimos de nuevo a nuestra maravillosa línea de metro. En ese momento, nos entró un nerviosismo increíble pues no nos quedaba casi dinero, solo teníamos 200 Rs. El billete en nuestra línea sabemos que cuesta 80 rs, pero no sabíamos cuanto costaba luego en el transbordo la otra línea de metro hasta llegar al hotel.



Cuando llegamos a las automáticas para sacar el billete, una estaba inoperativa (mala cosa, algún problema tendría…) y la otra, parecía que tenía mal la configuración de los pases porque costaban la mitad!! Por una parte nos preocupamos porque nuestro sistema estaba funcionando mal y lo mismo nos podían llamar para que nos quedáramos una semana más en Delhi, pero por otra nos llegaba el dinero!! Jajaja.


El caso es que estuvimos tan pensativas cuando nos metimos al tren que no nos dimos cuenta y lo cogimos en sentido contrario! Cuando nos bajamos del tren para cogerlo en la buena dirección nos reíamos por lo preocupadas que estábamos pensando si avisar o no a nuestros compañeros, pero por la suerte que habíamos tenido. Tanto, que se nos pasaron 2 trenes y nosotras seguíamos ahí de charleta. Ya nos dimos cuenta que el tren solo pasaba en el otro andén y avergonzadas nos metimos al vagón.


Nos quedaban dos paradas cuando nos sobresaltó una pedrada fortísima sobre un cristal y el tren se paró. Al ir, nos acordamos que también por aquella zona había pasado lo mismo, en el mismo vagón donde íbamos sentadas y el cristal se rompió. Menudo susto nos pegamos, y encima por duplicado en el mismo día. Ya era demasiadas cosas para poco tiempo y yo ya no me reía… Solo quería llegar al hotel, hacer la maleta y salir de este país de locos!


Por fin, el tren continuó andando despacito hasta que llegamos al transbordo. Allí sacamos otro ticket con el poco dinerillo que nos quedaba y qué casualidad! que nos encontramos con Pankaj, otro compi de la oficina que nos contó que este fin de semana había un descuento para los billetes de metro desde la estación de donde veníamos. Se iba a la oficina a cambiar la configuración, pues ya era domingo. Jejejeje, qué suerte tenemos!!!


Tras hacer la maleta con bastantes dificultades, a la 1 A.M vino el Risillas a recogernos al hotel 10 minutos tarde con lo puntual que es él siempre… y es que se había estado tomado unas cervecillas antes. ¡Ya le vale! Lo mejor es que, efectivamente, venía vestido con una camisa que le había dado nuestro compi David antes de irse. ¡Vaya cachondeo nos pasamos!


Hasta siempre Delhi!!!


Besitos!!!

jueves, 8 de diciembre de 2011

Más de un mes en Delhi...

Hi poppys!!

ya se me ha pegado tanto el idioma que os saludo en inglés!! Seguimos aquí, perfumados en todo momento con relec ultra fuerte, ganando conocimientos de la cultura India.

Vamos a llegar llenitos de ideas y de sabiduría para el futuro y por supuesto para el presente.


El sábado pasado, volvimos a quedar con Bhavna porque le encanta ir de compras (a nosotros también!!) y nos habló de su matrimonio de conveniencia con 23 añitos, la pobre no conocía a su marido y se tuvo que fiar de sus padres que fueron los que se movieron para buscarle un marido de por vida adecuado a su casta.

(Para más detalles de la historia de Bhavna, preguntadme a mi, he decidido quitar información de internet)


Con lo guapa y maja que es podría tener al que ella quisiera.


Además de comprar ya lo último para que rebose la maleta, visitamos otra vez el templo de Loto. Pero con la diferencia de que esta vez sí que pudimos entrar dentro a disfrutar de su silencio abrumador y de su blanquecino resplandor.


El edificio se compone de 27 pétalos blancos de mármol rodeados de 9 piscinitas azules que contrastan un montón. 

Los hindúes afirman que la vida humana tiene que ser como la flor de loto, frágil pero resistente, encarnación de la belleza y de la fuerza.
Como en muchos templos aquí nos quitamos los zapatos para aproximarnos y pudimos sentir el frescor de las baldosas del suelo. 


Después, entramos al interior a rezar unos padres nuestros. Fue curioso no encontrarnos con ningún altar y algún dios al fondo de las filas de bancos. Esto es porque este templo admite creyentes de todas las religiones.

Tuvimos la suerte de poder disfrutar de un mercadillo de artesanía que se celebra en Nueva Delhi cada año y dura 15 días.



Esta semana hemos despedido a nuestro despistao favorito, que se desesperó el último día porque decía que el hotel le había perdido la ropa que echó a lavar. Y solo se le ocurrió mirar dentro de la parte izquierda del armario, jajaja.

Te echaremos de menos David!! Esta foto es la mejor, porque aparece con nuestro chofer preferido "Risitas".


Bueno, me despido ya amapolos porque el lunes ya vuelvo. Nos vemos por allí!!


Besitos!!!