Qué bonita la amapola...: octubre 2016

Holas Amapolas!!!

Esta vez os hablaré de nuestra semana en la isla de Lanzarote y su islita La Graciosa, porque hemos tenido en el Ecuador de nuestras vacaciones un bodorrio impresionante y precioso a la vez.

Pero comenzaré hablando del primer día que llegamos, después de coger el coche de alquiler súper temprano, nos fuimos directos a las Montañas de fuego o Timanfaya.

Era impresionante cuántas rocas de lava estaban desperdigadas por todo el Parque natural. Después de ver cómo tiraban un cubo de agua por un agujero que baja a 10 metros bajo suelo y salir el géiser a toda velocidad, nos fuimos a dar la vueltita en guagua por las carreteras. Así pudimos ver los cráteres de los volcanes que hace tantísimos años estuvieron en erupción.

Tras esto, nos fuimos a la zona de camellos y previo pago de 12€ nos montamos en uno y estuvimos bamboleándonos durante media hora escasa por la loma de una colina. Fue una experiencia muy guiri, pero había que hacerlo como mis padres lo hicieron en su luna de miel ;)

Después, fuimos a ver el "Charco verde" que es un laguito que se ha formado muy cerca del mar y que debido a unas algas que habitan en él, se ve totalmente verde. Precioso!!

Por si vais alguna vez, está en el pueblo El golfo y se come bastante bien en el restaurante "Costa azul". Viene en TripAdvisor por si no os fiáis ;) Comimos un pulpo a la brasa y un pescado riquísimo que se llama bocinegro. Además, venía acompañado de papas con mojo, mmmmm.

Por la tarde, visitamos la zona de las viñas en Las gerias. Es una pasada el paisaje, todo lleno de medias lunas formadas por muros de piedra para parar el viento de África y que puedan crecer las parras dentro del agujero cavado.

Nos hospedamos en Puerto del Carmen, que no tiene gran cosa, porque está todo pensado para los guiris. Pero bueno, las playas y el puerto son interesantes de visitar.

Además, tiene unas puestas de sol que encogen el corazón.

Al día siguiente fuimos al sur de la isla a Playa blanca, que no fue muy espectacular, pero la playa Papagayo si!! Para entrar era por un camino de tierra un tanto polvoriento y al ser Parque Nacional protegido pagamos 3€ por coche.
La playa, el paisaje de acantilados con vistas a Fuerteventura y comer en El chiringuito fue lo mejor del día.

Otro día pasamos por "El monumento del campesino" que lo curioso es visitar el pueblecito como de juguete que hay al lado.

Una playa también chuli para visitar es la Caleta de Famara. Desde allí se puede ver La Graciosa a lo lejos.

Si pasáis por Arrieta tenéis que comer en el restaurante El amanecer. Los camareros son majísimos y tiene unas vistas desde la terraza preciosas de mar y de una casita de colores que tiene historia. Se come genial y económico.

Y el viernes por la tarde tomamos el barco para llegar a La Graciosa...

En la Graciosa es curioso como casi no ha pasado el tiempo en ella porque las calles ni si quiera están asfaltadas, tienen arena de playa por todos lados. Parece una ciudad del lejano oeste ...

La boda fue en un risco frente al mar, al final del pueblo. Un sitio ideal con una puesta de sol también de cuento.

Fue todo muy emotivo, hablaron amigos y familiares de los novios. La concejala de Teguise dijo que era la boda número 50 del año en ese municipio! El cocktail y la fiesta fueron súper divertidos, lo pasamos genial, así que gracias Patri y Aday por ese día tan especial.

Con la resaca, el domingo volvimos a Lanzarote y subimos al Mirador del río. Desde ahí se ve enterita la isla de La Graciosa.

Después, visitamos La cueva de Los Verdes que un túnel de 1 km de largo y fue hecho por la lava que salió del volcán más cercano. Allí se escondió de los piratas que atacaban la isla, una tribu que se hacía llamar Los verdes, de ahí el nombre, porque de verde no tiene nada.
También, visitamos los Jameos del agua, que son unos pequeños lagos que se forman por estar por debajo del nivel del mar la cueva de antes. Y ahí habitan unos mini cangrejos blancos ciegos muy monos.
El entorno siempre muy bien decorado y diseñado por César Manrique.

Esta vez nos alojamos en Costa Teguise, que tiene una playa mona de arena dorada, pero como pueblo son todo apartamentos y no tiene nada que visitar.

Cerca de allí, visitamos el Jardín de cactus. Me pareció interesante, ya que tenía cactus de todo el mundo y estaba bonito organizado en círculo y en distintos niveles.